jueves, 7 de abril de 2016

ESTAMBUL, CIUDAD MISTERIOSA. PARTE II




EL GRAN BAZAR
     Visitar el Gran Bazar de Estambul es una experiencia maravillosa e inolvidable. Este mágico lugar se compone de galerías cubiertas llenas de toda clase de objetos preciosos: porcelanas, artículos de cuero, oro, bronce, joyas, antigüedades y muebles. También especias, alfombras, entre mil más.
     De lado y lado los locales exponen sus artículos y lo más divertido es que en cuanto uno entra le llaman con mucha cordialidad y le ofrecen su mercancía. Como la competencia es dura, muchos llaman al mismo tiempo, pero se retiran cuando uno ha preferido a uno de los vendedores. Los comerciantes se respetan mucho entre ellos. Pero, eso sí, si a uno no le convence el precio ofrecido y uno se aleja, entonces los otros comerciantes se acercan para ofrecer sus propios artículos. Y así se continúa haciendo siempre.
     Es muy divertido ser parte del regateo en el Gran Bazar. Yo vi una cartera y unos zapatos plateados preciosos, pregunté el precio en inglés, y no me convenció, por lo que continué recorriendo las galerías para ver si veía otros iguales. Pero no los vi y opté por aceptar el primer precio que me dieron.
     En muchas ocasiones los vendedores no hablaban inglés, por lo que acudía a mi libreta de notas para hacer la oferta, entonces, ellos la tomaban y me hacían la contra oferta, escribiendo una nueva cantidad. Otras veces hacía la contra oferta yo, por señas y los vendedores me respondían de igual forma, hasta que, por fin llegábamos a un acuerdo y se efectuaba la transacción o en dólares o en liras turcas.





















PASEOS Y COMIDAS
     Durante nuestra estadía en Estambul, nuestro amigo Ferzi, el chofer turco a quien contratamos, nos acompañó en el recorrido por la ciudad. Me llamaron la atención las autopistas modernas y bien cuidadas que llevaban a Ankara y que se veían más bonitas, a medida que uno las recorría.
     En la ciudad  me encantaron las estrechas callejuelas en la que pululaba, como nunca antes había visto, una cantidad inmensa de personas. Las había de todas la edades, desde bebés en brazos de sus jóvenes madres, hasta ancianos casi centenarios. Era un río humano que arrasaba en su camino hacia los cuatro puntos cardinales de Estambul.
      Durante el paseo,  nos deteníamos en los restaurantes del camino para almorzar o tomar algún refrigerio, y  en ocasiones, el amable chofer era nuestro invitado. Otras veces él nos obsequiaba con su célebre café. Y fue así, de parada en parada, como logré tomar nota de muchas cosas: el paisaje, las costumbres y la apetitosa comida.
    Degustamos el Clöner Kebap- icliköfde (quipes rellenos), pero éstos son rellenos con carne, a diferencia de los quipes árabes, pues  no llevaban ni yerbabuena, ni trigo. También probamos un delicioso dulce de coco llamado irmik helva. Veo en mis anotaciones lo siguiente: "Comimos también una carne muy rica que se asa en una vara como el shiskabab, pero enorme. Las capas de carne se superponen con trozos de tocino. Luego se asa en forma vertical, se cortan y las sirven en un plato con ají y tomates".
     Los turcos son gente amable y trabajadora, y tanto, que muchas veces parecen verdaderas bestias de carga, pues llevan a cuestas grandes sacos de papas, como los he visto en las cercanías de los restaurantes o escaparates y cómodas, como también los he observado en el Gran Bazar.

Caracas, septiembre, 2015

IMAGENES: WEB



miércoles, 2 de septiembre de 2015

OBJETIVISMO

CENTRO SIMON BOLIVAR. CARACAS, VENEZUELA (WEB)

     Entre el material para este blog relacionado con viajes y desplazamientos, descubrí una crónica que escribí décadas atrás, cuando trabajaba en la Biblioteca del entonces Ministerio de Minas e Hidrocarburos, durante mi segunda experiencia laboral. La primera, luego de graduarme de Bibliotecóloga en la Universidad Central de Venezuela, había sido en la Sección de Estudios Históricos y Bibliográficos del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, que dirigía el Dr. Ricardo Archila, en ocasión de  la preparación de su "Bibliografía Médica Venezolana".

     La crónica a la que hago mención dice así:

                                  
"OBJETIVISMO

     Hoy es 31 de diciembre y no todo el mundo vino al trabajo; fue mucho el que se hizo de la vista gorda. Enfrente se ve la Torre Sur: vacía como un cuerpo sin alma. El clima está frío y húmedo; una lloviznita fastidiosa cae sobre Caracas, haciéndola aparecer como envuelta en un velo gris de gasa.

     Dos palomitas acaban de posarse en el piso 24 de la Torre Sur. Una de ellas emprendió vuelo hacia esta torre. A lo lejos se escucha la voz de un hombre que, por medio de un altoparlante dice no se qué cosa. Quizás rife un carro o una muñeca tamaño natural, de rostro inexpresivo que camina y dice "mamá".

   Todo el mundo tiene tamaño enredo con el asunto de adelantar la media hora para efectos del huso horario ¡Qué lío!
Acabamos de brindar con café porque el año que viene cambie nuestra suerte.

¡Bueno sería!"





     Tres meses después, en marzo del sesenta y seis, la mía cambió dando un giro de 180 grados, pues me fui a trabajar a Viena durante casi tres años. 






Caracas, 30 de agosto de 2013

IMAGENES: WEB y  Viena.




viernes, 4 de enero de 2013

ESTAMBUL, CIUDAD MISTERIOSA . PARTE I

Vista de Estambul desde el Bósforo (WEB)


VIAJE A ESTAMBUL, TURQUIA

     El vuelo de Viena a Estambul resultó muy turbulento. Casi que tuvimos que mantener sujetos los cinturones durante toda la travesía. Hubo un momento en el que el movimiento fue tan violento, que se me derramó la bebida que tenía en las manos. Los pasajeros nos asustamos mucho, pero luego, todo se calmó y también nosotros hasta, que aterrizamos sin ningún inconveniente en el Aeropuerto Internacional Atatürk. Mi mamá, mi hermano y yo nos hospedamos en Estambul en el Hotel Kebank, muy confortable  y ubicado en  Sirasel Viler, en Taksim, importante distrito comercial y turístico ubicado en la parte europea de la ciudad.Tengo muchas fotos en blanco y negro que me recuerdan ese hermoso viaje, pero no en colores, pues no encontré este tipo de rollos ni en el hotel ni en el centro de la ciudad.
En una libreta que dice en turco Mesaj Pusulasi (Message form) que encontré en mi habitación del hotel, realicé una serie de anotaciones en las que baso estas crónicas viajeras de Estambul.

    Al día siguiente, tomamos un tour que nos llevó a varios sitios de Estambul en el mismo lado europeo, donde nos encontrábamos.  Visitamos primero  la Mezquita  de Santa Sofía, luego de parar en varios  hoteles para recoger otros pasajeros. El primero fue el Hilton. ¡Qué bello hotel! Observé muchas casuchas y escuelas cerca de esta Mezquita. El autobús tomó por calles angostas y tortuosas. En la bahía se observaban inmensos barcos  anclados en medio del Bósforo. Mañana pasaremos al lado asiático.  Me impresióno  observar la larga muralla de piedra  de veinte kilómetros que rodea Estambul (antigua Constantinopla); fue construida por Constantino I, el Grande, para defender a la ciudad de los ataques marítimos y terrestres.


Mezquita de Santa Sofía (WEB)

MEZQUITA DE SANTA SOFIA .
    Las columnas  de la Mezquita de Santa Sofía, contruída por Constantino, El Grande, en el Siglo VI fueron traídas de diferentes sitios. Brillan el oro y la plata en su decoración interior. Originalmente fue una iglesia católica. Tiene cuatro minaretes. En su bóveda interior fueron coronados varios emperadores bizantinos. Llaman la atención la hermosísimas lámpara bajas de su Sala de Oración, cubierta de alfombras.



Mezquita Azul (WEB)


MEZQUITA AZUL
     Luego visitamos  la Mezquita Azul  que me impactó  por su imponente belleza, recubierta de mosaicos de ese color. Está ubicada cerca del Bósforo. Es la única que tiene seis minaretes, además de la Mezquita de La Meca. La importancia de ellas está ligada al número de minaretes. Recuerdo que tenía una inscripción en sus paredes con las palabras del Corán. Tiene bases de alabastro y lámparas de aceite muy bajas en la Sala de Oración. Hay un torre dorada que se mueve y cambia la dirección del público. Rodean la Sala de Oración gran cantidad de lámparas bajas a muy poca distancia de la altura de las personas. En el suelo se ven muchas esterillas para la oración.

     Antes de entrar a la Mezquita Azul o del Sultán Ahmed I (1616), nos quitamos los zapatos. Hombres y mujeres rezan en sitios separados. Nos informaron que las mujeres ocupaban la parte trasera, pues no podían ser objeto de tentación para el hombre. Se realizan varias abluciones diarias y, entre las parejas,  debe realizarse una luego de tener relaciones sexuales. La biblioteca de la Mezquita Azul es imponente y tiene 20.000 manuscritos.


EL CHOFER TURCO
     Al otro día contratamos a un chofer turco de nombre Ferzi Güler para  que nos llevara a conocer mejor la ciudad y sus alrededores. El nos paseó por sitios hermosos y desconocidos para los turistas, entre ellos, su propia casa. No lo supimos hasta que luego de dar muchas vueltas por las callejuelas angostas de la ciudad, detuvo su carro a la puerta de una residencia en las afueras  de Estambul, y soltó un fuerte silbido. Entonces, en fila india, más bien turca, fueron apareciendo su mujer y sus hijos, a quienes nos presentó, muy orgulloso. El asombro de su familia fue grande, cuando se enteraron que éramos de Venezuela, un país tan lejano, quizás para ellos como las propias galaxias. Confieso que me sentí como una extraterreste ante esta  familia turca que,  luego de reverenciarnos, parecía escudriñarnos. Luego de preguntas y respuestas sobre nuestro sitio de origen, que traducía Ferzi, continuamos nuestro periplo por la ciudad otomana. 

  Esa  misma tarde visitamos el Museo de Topkapi. Todo me gusta. ¡Es tan extraño y diferente! El estilo bizantino de las mezquitas y el ambiente misterioso de la ciudad. Todo me sobrecoge.


PALACIO DE TOPKAPI



PALACIO DE TOPKAPI. www.gonback.com
     Este palacio es inmenso, descomunal fue la residencia de los sultanes otomanos. Pueden verse  las armas y trajes de Solimán, "El Magnífico".  Su fachada es impactante.  Está rodeado de amplios y lindos jardines y dividido en varias secciones para  que pudiera albergar 20.000 personas, incluyendo los soldados del Sultán. Por ejemplo, al palacio No. 4, donde vivían las mujeres, no era permitida la entrada a los hombres. Hay muchísimas exhibiciones de  diversas cerámicas de Sévres y de muchas partes del mundo. Entre las colecciones estaba una de platos verdes,muy sencillos, sin adornos, pero con la particularidad de que cambiaban de color si el alimento que comía el sultán estaba envenenado. Hay una hermosa biblioteca con paredes alfombradas. Vemos la Piedra Secreta con cubierta dorada. La piedra  original está en la Meca. Hay una puerta con un elefante de oro del siglo XVIII. En una urna de cristal está el puñal que tiene cuatro esmeraldas, valorada cada una en 3.000.000 de liras turcas. El trono, magnífico, exhibía hermosos diamantes.


Copia del puñal que se encuentra en el Palacio Topkapi de Estambul. Lo compré en una 
tienda cercana al palacio.  (Foto: MPG).



CALLES DE ESTAMBUL (WEB)

CALLES DE ESTAMBUL  

Nunca vi tanta gente caminando en el centro de una ciudad como en las del propio centro de Estambul. Estas son angostas,  llenas de encanto y de años. En algunas de las callejuelas observé mucha miseria, y en unas casas con jardines resecos, jugaban niños. Otros, iban o venían de sus escuelas vestidos con uniformes negros y lazos de lunares blancos y negros atados al cuello. Bordeaban las calles muchas ventas de castañas, mientras pululaba el gentío. Observé cómo algunos hombres caminaban lentamente llevando a sus espaldas cargas tan pesadas como armarios; otras personas, independientemente del género, iban abrazados y con  las manos también entrelazadas.


Mezquita de Suleyman (WEB)

 MEZQUITA DE SULEYMAN.  UNA REUNION INTERESANTE. 
 Los cuatro minaretes de la Mezquita de Suleyman lucen imponentes y sus siluetas contrastan en el firmamento al igual que las otras 443 mezquitas de Estambul. Ella bordea el Bósforo, como la Mezquita Azul y la Santa Sofía. Es una edificación regia y mis palabras faltarían para describir la belleza de su Sala de Oraciones  (Haram), toda cubierta de alfombras  e iluminada por preciosas lámparas bajas. 



    Y fue justamente allí, en ese hermoso y sagrado recinto de la mezquita, donde tuvo lugar una de las reuniones más interesantes  e inolvidables que he tenido en mi vida.
 Nos encontrábamos mi mamá, mi hermano y yo admirando la nave central de la mezquita entre el grupo de turistas que dirigía una guía turca, cuando de pronto se hizo un grupo en el centro del Salón de Oraciones. Entonces comenzamos a conversar sobre la religión musulmana y la católica. Lo conformábamos la propia guía, un pakistaní y tres católicos, además de mi persona. Hablamos de Dios, Mahoma, Alá y Cristo. Luego de discutir un poco al respecto, bajo la bóveda de la mezquita sobre quién era y lo que representaba cada uno de ellos en nuestras respectivas religiones, llegamos a la conclusión de que todos eran Dios, un Único Dios con diferentes nombres. También conversamos sobre la salvación de las almas después de la muerte. Cada uno alegaba y defendía su propia creencia sobre el tópico, pero aquí hubo un extraño consenso también, y fue el siguiente: Que todos nos salvábamos en nuestra propia Religión. Acordado esto, nos despedimos cordialmente con abrazos y deseos de Paz.

       Ojalá los políticos se pusieran de acuerdo en sus discusiones actuales para llegar a un acuerdo con tan buenos resultados, como lo hicimos nosotros en la Sala de Oraciones de la Mezquita de Suleyman.


Caracas, 11 de setiembre de 2013 

IMAGENES: WEB